La turquesa es una gema preciosa de color azul verdoso que ha sido valorada por su belleza y significado durante miles de años. Posee varias propiedades que la hacen única.

Purificación y equilibrio: La turquesa se considera un cristal purificador que ayuda a equilibrar y alinear los chakras. Promueve la claridad mental, la serenidad y la calma emocional, ayudando a disipar la ansiedad y la negatividad.

Protección: La turquesa tiene poderosas propiedades protectoras. Crea un escudo energético alrededor de quien la lleva, disipando influencias negativas y protegiendo contra energías negativas y ataques psíquicos.

Comunicación y expresión: La turquesa se asocia con el chakra de la garganta, lo que la vincula con la comunicación clara y efectiva. Se dice que ayuda a expresar pensamientos y sentimientos con confianza, fomentando la comunicación abierta y sincera.

Curación emocional: La turquesa se considera un cristal sanador para el corazón y las emociones. Promueve la autoaceptación, la empatía y el perdón, ayudando a superar traumas emocionales y a sanar heridas del pasado.

Conexión espiritual: La turquesa se considera un puente entre el mundo físico y el espiritual. Se cree que facilita la conexión con guías espirituales y ayuda en la expansión de la conciencia espiritual. También se dice que potencia la intuición y la percepción psíquica.